Renata Rufino: "No estaba permitido preguntar, no se hablaba de esas cosas"

 
Luego de asistir a las jornadas organizadas por Ruta del Esclavo Córdoba, nos quedaron algunas inquietudes sobre la investigación que se lleva a cabo desde el Museo de Antropología de Córdoba sobre los rastros genéticos que dan cuenta de la presencia de los africanos en nuestra historia.
Para profundizar sobre el tema y proporcionar la información más completa posible, nos encontramos con Renata Rufino, integrante del grupo de investigación, para que nos cuente más acerca de cómo llegaron a obtener esos resultados.
 
(Renata Rufino)
 
Entrevistador.- ¿Cómo te vinculaste con el grupo “Ruta del Esclavo” de Córdoba?
 
Renata.- Me involucré a partir de la invitación de Soledad Ochoa que es licenciada en historia y trabaja en la Reserva del Museo de Antropología de la Ciudad de Córdoba. 
 
E.-Pero el proyecto del Museo es independiente del proyecto Huellas II…
 
R.- El proyecto del museo nace en el 2013, tiene un subsidio del Secyt (de la Facultad de Filosofía y Humanidades) y además está incluido en el IDACOR (Instituto de Antropología de Córdoba). Surgió del equipo de bioantropología del museo que realiza investigaciones sobre genética de poblaciones. En su trabajo hacen un mapeo genético poblacional para corroborar hipótesis sobre el poblamiento de América, los flujos migratorios, de donde vino más gente… Es un estudio que se viene haciendo hace diez años y que genera nuevas investigaciones que derivan de este proyecto grande.  Hicieron relevamientos por Córdoba y descubrieron grupos poblacionales en Córdoba cuya ascendencia estaba ligada a aborígenes y africanos, los altos porcentajes llamaban la atención sobre todo porque se contrapone con un discurso sostenido e instalado en la educación, en los medios de comunicación que sostiene que la argentina es un país blanco, que los argentinos “bajaron de los barcos” que los aborígenes desaparecieron, los africanos también y que no quedaron huellas de ellos. Entonces ellos empezaron a ver por lo biológico que eso no es tan así que hay personas que, aunque no lo sepan o no lo reconozcan, tienen antepasados africanos. 
Cuando el equipo tomaba las muestras realizaban una entrevista breve para saber si estas personas tenían conocimiento de sus antepasados y surgía la necesidad de la gente de contar cosas. Allí es donde me llamaron para convertirlo en una investigación interdisciplinaria. Yo soy antropóloga social entonces me proponen trabajar en conjunto. 
 
E.- ¿Cómo se realiza la toma de muestra de ADN?
 
R.- La toma de muestras es muy sencilla, se hace por medio de un hisopado bucal. Se frota un hisopo en la mejilla y las células se descaman, se pone la muestra en un tubo de ensayo y es el laboratorio el que hace todo el proceso de análisis. Se extraen las muestras, se analiza, se compara con marcadores genéticos, que son  mutaciones que se producen en las poblaciones después de permanecer mucho tiempo en una misma región geográfica. Entonces algunos marcadores fueron identificados con ciertas áreas geográficas. Entonces se vincula la carga genética del ADN de esa muestra tomada con los marcadores para determinar la ascendencia. Lo que hay que aclarar es que se analiza una sola línea del ADN. Si uno hace un estudio y encuentra ascendencia europea no quiere decir que no tengas ascendencia aborigen o africana u otra, quiere decir que esa línea no tiene ascendencia africana o aborigen. Los resultados positivos obtenidos son correctos pero no se puede mapear todos los antepasados de la persona.
 
E.- ¿Cuál fue su aporte al proyecto?
 
R.- Nosotros empezamos a hacer a la gente una entrevista etnográfica, larga y poco estructurada a la gente a la que se le tomaban las muestras haciendo hincapié en los datos demográficos que tenían sobre sus antepasados para entender mejor de donde venían los abuelos, para conocer mejor y entender mejor desde el presente donde están sus raíces, el barrio de donde venían, la situación socioeconómica… Se abre la convocatoria a través de La Voz del Interior y a través de la página del museo para invitar a la gente a realizarse este estudio y tuvimos mucha convocatoria. Tanto así que cuando vimos que teníamos más de 100 entrevistas cualitativas hechas, la cerramos hasta poder ver los resultados que tenemos hasta ahora y todavía estamos en el procesamiento de datos. Incluso todo el tiempo hay gente que nos pregunta “¿cuándo sigue?”, todo el mundo pregunta sobre el proyecto pero tiene ciertas dificultades para llevarlo adelante.
 
E.- De estas entrevistas ¿Sacaron alguna conclusión?
 
R.- Hay mucha gente que se acercó por curiosidad porque conoce ciertas historias de sus antepasados o porque en ese entonces la palabra negro o aborigen era mala palabra. A partir de los 90 hay un cambio de mirada sobre estos temas y esto permitió que la gente se acerque queriendo conocer y saber su procedencia, por ejemplo hay gente que se acuerda que una de sus abuelas tenía características aborígenes pero no estaba permitido preguntar, no se hablaba sobre esas cosas. Otra cosa para destacar es que no hay una idea de corroborar con lo genético lo que dice la persona. Esto no es así, las historias tienen fuerza por sí mismas. Por más que nosotros acá hagamos el estudio interdisciplinar, la identidad no solo pasa por lo genético porque hay una cuestión cultural. Lo que queremos es dar a conocer estas historias y también identificar como las personas se autoperciben, que categorías tienen, como piensan la identidad nacional, local, su pasado histórico y las representaciones sobre eso. Y memorias, la memoria es la historia vivida, que como tal tiene puntos de vista y subjetividades.
 
E.- ¿Cuáles son los objetivos que persigue su proyecto?
 
R.- Tenemos objetivos de investigación pero también de extensión porque los estudios los llevas a los congresos para hablar con gente entendida, que sabe de lo que hablas y ante los cuales no presentas una novedad y si no es  novedad parcial que se queda en ese círculo y no cambias nada en manera de ver el mundo. Como yo tengo muchos intereses y participo de muchas cosas fuera de este ámbito me interesaba hacer algo por fuera de lo disciplinar. Entonces ya pensábamos en hacer una muestra o un video, queríamos hacer todo lo que pudiéramos para que la gente empezara a saber de esto y justo fue providencial que cuando estábamos pensando en esto, Sole (Soledad Ochoa) nos cuenta del evento de Huellas y entonces le mostramos lo relativo a la africanidad y como nos ayudaba a la difusión nos sumamos al proyecto.
 
E.- ¿La muestra particularmente empieza a partir de la investigación?
 
R.- La investigación no es solo por lo africano pero cuando nos plantearon estas jornadas nos concentramos en la africanidad y había de todo, gente que fue buscando eso y no lo encuentra, mucho sobre los imaginarios de la gente.
 
E.- ¿Qué dificultades encontraron para organizar la muestra?
 
R.- Nosotros teníamos entrevistas, esa fue la primera dificultad, porque eran testimonios particulares y muchos, entonces combinamos datos de la investigación sobre el ADN con los relatos tomados en primera persona de las entrevistas, todo anónimo, para ilustrar nuestro trabajo. 
 
E.- ¿Desde la antropología hay una nueva mirada sobre la conformación de la población o todavía se sostiene el discurso de la argentina blanca?
 
R.- La antropología es muy amplia, pero creo q es una disciplina muy rica que está abriendo nuevas miradas. El enfoque antropológico es muy rico para estudiar este tema, porque lo antropológico apunta a deconstruir la realidad y tratar de entender de qué manera en un proceso social e histórico se fueron construyendo las identidades y las alteridades. Esto aporta una mirada nueva e interesante. La antropología es una herramienta para complejizar nuestra percepción del mundo para permitir que muchas voces puedan expresarse. Reivindicar es también escuchar a quienes no pueden hablar hoy. Enriquecer nuestro mundo es uno de los objetivos. 
 
Renata Oliveira Rufino es docente de la Licenciatura en Antropología, en la Universidad Nacional de Córdoba, magíster en Antropología, egresada de la Escuela de Historia (FFyH de la UNC), del Seminario de Teatro Jolie Libois, y traductora de artículos y libros. Es brasileña radicada en Córdoba hace muchos años y madre de tres hijos. 
 
Agradecemos la predisposición de Renata y la maravillosa entrevista que nos permitió realizar.